
sábado, 8 de septiembre de 2012
El primer trago
Nada como el primer trago
que traspasa la garganta
y la corroe, profunda y lentamente.
Que alcanza nuestras entrañas
y se fusiona con nosotros.
Ese trago nos incita,
nos recuerda que nada es suficiente,
nada.
Ni la abrumadora rutina,
ni la falsa nostalgia de los libros,
ni las mujeres,
ni el alcohol.
Ni siquiera el cansancio
es suficiente.
Eso es estar jodido.
martes, 14 de agosto de 2012
Fantasía continua
Todos tenemos una historia que contar,
una mil veces repetida
pero nunca vista.
Todo ya ha sido vivido,
ya todo ha sido preguntado
y nunca respondido.
Vivir es esa nada constante
que aturde,
abruma,
y seduce.
Una fantasía continua,
es dar significado a lo sin sentido.
Vivir es sentir.
Es tocar,
lamer,
oler.
Venirse en una mujer
y en la taza del baño,
no importa, al final
siempre te sientes más vivo.
es beber hasta el hartazgo
y luego volver a beber.
Saborear la resaca.
Es simplemente hacer todo y nada
contemplarte a ti mismo
contemplar la lluvia
y sentir las gotas.
Impregnarte con un poema,
un texto, y saborear las palabras.
Es verter tu éxtasis en papel,
tu vida y tu muerte.
Es saber la muerte
con sacrificios o sin ellos,
con mesura o con excesos.
Nada es tan suave
como la piel de una mujer,
nada es tan entretenido
como la embriagues.
y nada reconforta más
que saber que espera la muerte.
Vivir. Improvisar constante.
No hay que hacerlo todo,
basta con saber que se puede.
Es caminar por tu mente,
extasiarte hasta el limite,
hasta que todo sea insípido,
plano,
nada.
Ahí sabras que vivir
es querer morir.
martes, 26 de junio de 2012
Incompleta
Hoy te
busque en las paginas de aquel viejo libro… aquel libro que compartimos los
dos. Te busque a ti, a tu olor, a tu rostro y a esa mirada que siempre tenia
algo que decir. Pero no estabas, no te encontré en ninguna página. No halle
rastro tuyo, solo letras vacías que no contenían nada, que no te contenían.
Te borraste.
Te desvaneciste del libro y de mí. Tu rostro no estaba, tu sonrisa ya no era tu
sonrisa y tus gestos en mi mente no eran más que una burda parodia tuya, un
fallido intento por retenerte. Pero esa, esa en mi mente no eras tú, esa estaba
incompleta y era perfecta. Y yo me sentí roto.
Nada, no hay
nada que hacer, sé que no había otro final posible. Que a fin de cuentas te
desvanecerías de mi, que tu recuerdo se iría difuminando hasta que fueses
perfecta, y que ya no quedaría posibilidad de retenerte, a ti como en verdad
eras. Y ahí lleno de nostalgia deseé volver a conocerte.
No Soporto
Estas en mí.
Cuando tu no
estas
Te fundes
conmigo
Nos volvemos
uno.
Te tornas
dependiente de mí,
De mi
recuerdo.
Cuando
estas,
No eres mía,
No eres yo.
Eres tan
real,
Tan ajena,
Que duele.
No soporto
que existas.
No soporto
esta distancia.
Necesito
tenerte
Poseer cada
gramo de ti
Cada idea.
No soporto
compartirte.
No soporto
que te miren.
Yo necesito
tu existencia.
Nadie te
necesita como yo.
Quédate en
mí,
Conmigo.
Impregna tu
olor,
Tu sonrisa,
Tu cuerpo.
Quédate así
perfecta en mi.
No soporto
que existas.
No soporto
esta distancia.
No soporte
verte viva.
martes, 24 de abril de 2012
Sueño
He soñado con mi funeral. Lo cual no es gran cosa, pero ha
conseguido marcarme de un modo profundo. Era un sueño simple.
En una funeraria yacía mi cuerpo dentro del ataúd. Esa caja
que sirve para hacer creer a la gente que aun vale algo nuestro cuerpo sin
vida. La gente alrededor mío, la mayoría con una expresión seria y otros pocos
con una sincera tristeza. Dos salas a la derecha se encontraba otro funeral, un
desconocido que ha muerto el mismo día que yo. Los rostros, los sentimientos y
el comportamiento de las personas ahí eran idénticos al de los que estaban
conmigo. No hay diferencia remarcable, es la misma escena en ambos lados del
edificio, esa escena que se ha representado un sin número de veces en todas
partes. Siempre igual.
Al ver que era lo mismo en ambos lados me sentí ofendido
¿Cómo podía ser lo mismo? ¡Yo lo medite, yo tuve el valor de rasgarme la piel!…
¡ver mi sangre correr!... ¡yo saboree la muerte, la desee! Él murió en un
accidente desafortunado, su muerte fue una casualidad, la mía una vulgar obra
de arte.
Yo no quería nada de esto; yo no quería gente aquí, ni
lágrimas pasajeras, ni recuerdos insignificantes de mi persona. Yo no quería
una caja, ni velas, ni café, ni galletas...Yo solo quería morir. Morir y ser
olvidado.
jueves, 19 de abril de 2012
Conversación inesperada
Siempre creí que moriría de una forma tranquila, quizás sentado en la sala de mi casa esperando la muerte. Viendo al horizonte y evocando los recuerdos de la vida que iba dejando atrás, repasando cada detalle de ellos, con minuciosidad y desconfianza, provocadas por la poca fiabilidad de los recuerdos propios y ajenos. Esta de cierto modo, era mi muerte soñada, lenta y tranquila.
No sé cómo ha pasado, de repente heme aquí entrando en el infierno, jamás creí que fuese de este modo: se asemeja demasiado a cualquier ciudad grande del mundo, pero con un caos aun mayor imperando en las calles, grupos de gente peleando, otras simplemente conversan y hay quienes simplemente solo observan. No hay carros, o algún medio de transporte, ni tecnología ni nada por el estilo. Una anarquía total eso es, pura y completa anarquía. ¿Qué cómo sé que es el infierno? La verdad no lo sé, solo lo intuyo.
Sigo descendiendo, cayendo dentro del infierno, aun no consigo saber porque he terminado en el inferno. Tengo tantas preguntas, no soy capaz de recordad ni como morí. No recuerdo nada de mi vida, pero por alguna razón se donde estoy, es un sentimiento de certeza que…
-Eso es porque sabias que era aquí donde ibas a terminar-
- ¿Por qué no recuerdo nada de mi vida, más sin embargo sé que estoy muerto?-
- Al morir olvidas tu vida no es necesario que la recuerdes, nada de ella te será útil aquí-
-¿Quién eres?-
- Tú sabes que soy el amo de este lugar, no pierdas el tiempo haciendo preguntas cuyas respuestas conoces-
Para ser Satanás era el ser más hermoso que jamás había visto, no hay palabras capaces de describir semejante belleza, reflejaba tranquilidad, serenidad, una enorme paz. Todo lo contrario a lo que describen. Podría solo contemplarlo, quizás para siempre, pero tengo tantas preguntas.
-¿Por qué termine aquí?-
- ¿Por qué no?-
- Bueno, tengo la sensación de haber llevado una vida normal, siempre bajo la ley, pude haber sido una buena persona-
-Me das una respuesta pretenciosa, y aun así te preguntas que haces aquí, no crees que es irónico ¿Quién dijo que lo normal es lo correcto? Esto no es la vida-
- ¿Pero si soy un hijo de dios?
-¿Qué te hace pensar que tu dios los ama en verdad? Ni siquiera se compadece de ustedes, mas sin embargo siempre creerán lo que él quiera, siempre tendrá el grandioso libre albedrio para escudarse y seguir con su farsa, y ustedes que le tienen fe –
-¿Cómo es posible? Nada es tomado en cuenta… ¿Entonces, para que existimos?-
-Digamos que son nuestro programa de televisión favorito-
-¡Como se atreven! ¡Nosotros no somos sus juguetes! Tenemos conciencia…-
-Nosotros moldeamos su conciencia, como si fuese plastilina. En realidad ustedes creen lo que queremos que crean, ateos, budistas, católicos, musulmanes, todos son creaciones nuestras-
-Ahora entiendo, solo lo hacen para darle variedad a su entretenimiento, no somos más que sus payasos particulares-
-Ese es su único mérito, que tienen la capacidad de deducción, pero nadie lo usa, a nadie le gusta saberse el payaso de los demás, claro de una forma no intencionada. Ustedes se sienten dueños de sí mismos, que tienen la completa libertad de elegir entre el bien y el mal, que ustedes se han creado sus propias reglas, ja que ingenuos y pretenciosos son los humanos, siempre creyéndose importantes, únicos, especiales, eso se llama vanidad pura y simple vanidad, y aun así se preguntan el ¿por qué terminan en esta lugar?…
Fue en ese momento que recordé la forma en que había vivido, todas y cada una de mis acciones, siempre impulsadas por mi ego, por mi necesidad, puro y simple instinto. Es triste darse cuenta de esta realidad, saberse el títere de seres más poderosos (una constante en mi vida), siempre he hecho lo que me han dicho, en la familia, en el trabajo, en la escuela nunca tuve una opinión propia.
-Bueno, y ¿Cuál será mi tormento en este lugar?... ¿Cuál será mi castigo?-
-¿Castigo? Ja que te hace pensar que ocupo mi tiempo pensando en un castigo para ustedes. La verdad es que no hay paraíso ni infierno, solo este lugar que es el depósito de basura del mundo. Tu no me interesas nunca nos has importado, sal gasta tu eternidad ahí afuera. Conviértete en una rutina sin fin ni razón ahora que sabes cual es tu propósito-.
Prefiero los funerales
Y la muerte y yo nos vemos tan seguido.
Diane Wakoski.
Yo no sé, quizá sucede que mi familia tiene muchos parientes o es que la gente se muere muy seguido. Y parece que con la adolescencia adquirí un derecho no reclamado: el de estar del tingo al tango con mi madre en visitas de hospitales, funerarias y entierros.
Los funerales molestan menos, hay café y culpas asumidas. Pero los hospitales…
A lo mejor es que hoy estoy alterada y eso me impide dejar de llorar. Llevo, en la semana, una visita a la hija leucémica de no sé quién, y el trasplante de riñón de tía Bertha. La primera clínica no estaba mal, la segunda vendía tortas infames.
Me molesta llorar sin control, aunque, francamente, tengo mis razones para estar así, como enfurecida; es el segundo intento de suicidio de mi mamá en menos de un año. Ya para el tercero, a ver quién llama al médico, porque yo, no.
Era mejor cuando vivía papá. Él sí que no permitía a mamá llevarme a sus relajos. Nos quedábamos viendo películas. Las de asesinos psicóticos nos gustaban mucho.
Ambos tratábamos de adivinar cómo matarían a la próxima víctima. Sospecho que papá hacía trampa en el juego y había visto todas las películas y ganaba siempre.
El día que papá murió mi madre estaba contenta. Quiero decir, no contenta contenta de alegre, sino, más bien, realizada por un lado y triste por el otro. Su vida era consolar a los familiares del enfermo, del herido, del muerto, y ese día, todos le devolvieron el favor sin tardanza. Ni en las fiestas que daba mi padre vi tanta gente como en su entierro. Aunque la mayoría eran personas conocidas de mamá.
A veces, en la noche, la oigo entrar a mi cuarto. Me revisa el pulso, la respiración, suspira y se va.
Cualquiera tendría un mal presentimiento por su actitud –de alguna manera soy su única posibilidad de volver a ser consolada -pero yo estoy sana; gracias a ella ninguna enfermedad me acecha. Sé que el suspiro es de alivio y por eso confío.
Tal vez mamá hubiese preferido que llamara a alguien por su hospitalización, pero quién sabe: como la vez pasada evitamos el tema, no me arriesgué. Yo no sé organizar estas cosas. La verdad me aburren, no me parezco a ella. La acompaño a sus quehaceres más por costumbre que por gusto. Insisto, dado el caso, prefiero los funerales. Además, el negro me queda bien y a mamá no le molesta que vaya a la moda siempre y cuando elija el color negro en mi ropa. Eso de que me sienta bien lo obscuro me lo dijo mi primo en el velorio de su padre. Fuimos a la parte trasera de la casona y lo consolé a mi modo con bastante buen resultado.
Me duelen los brazos. Mamá es delgada pero creo que la gente pesa más cuando está dormida. Ni modo, hubo que cargarla, de aquí a esperar a que llegara la ambulancia. Además los vecinos…
Este Jorge ya tardó. Es el doctor de la familia. Mamá siempre lo atormenta con enfermedades imaginarias y el la tolera. Digo imaginarias porque mi madre solo ha requerido hospitalización cuando intenta matarse. Pobre, eso debe ser frustrante.
Al fin aparece Jorge con mala cara.
-Creo que esta vez se le pasó la mano -me dice.
Quedo muda. El llanto se me corta.
-No pude hacer nada –se disculpa.
La sorpresa me confunde. ¿Qué iba a hacer sin ella? Es decir, yo no sé organizar estas cosas y detesto que me abrazoteen y besuqueen desconocidos –los rostros húmedos, las ropas negras que apestan a naftalina-. Y todo lo de la funeraria: los telefonemas, las flores, ¡Dios mío, las esquelas!
-¿Quieres pasar a verla?
Respondo no, y sin hacer caso de algo que intenta decir me encamino a la salida. Entonces decido escapar, huir, volver en tres días cuando todo haya acabado.
Carolina Luna.
A Maria del cielo
Y ya al pisar los últimos abrojos
De esta maldita senda peligrosa
Haz que ilumine espléndida mis ojos
De tu piedad la antorcha luminosa
De esta maldita senda peligrosa
Haz que ilumine espléndida mis ojos
De tu piedad la antorcha luminosa
García Gutiérrez.
Flor de Abraham que su corola ufanaabrió al lucir de redención la aurora:
tú del cielo y del mundo soberana,
tú de vírgenes y ángeles Señora;
Tú que fuiste del Verbo la elegida
para Madre del Verbo sin segundo,
y con tu sangre se nutrió la vida,
y con su sangre libertose el mundo:
tú que del Hombre-Dios el sufrimiento,
y el estertor convulso presenciaste,
y en la roca del Gólgota sangriento
una historia de lágrimas dejaste;
tú, que ciñes diadema resplandente,
y más allá de las bramantes nubes
habitas un palacio transparente
sostenido por grupo de querubes
y es de luceros tu brillante alfombra
donde resides no hay tiempo ni espacio,
y la luz de ese sol es negra sombra
de aquella luz de tu inmortal palacio.
Y llenos de ternura y de contento
en tus ojos los ángles se miran,
y mundos mil abajo de tu asiento
sobre sus ejes de brillantes giran;
tú que la gloria omnipotente huellas,
y vírgenes y troncos en su canto
te aclaman soberana, y las estrellas
trémulas brillan en tu regio manto.
Aquí me tienes a tus pies rendido
y mi rodilla nunca tocó el suelo;
porque nunca Señora, le he pedido
amor al mundo, ni piedad al cielo.
Que si bien dentro del alma he sollozado,
ningún gemido reveló mi pena;
porque siempre soberbio y desgraciado
pisé del mundo la maldita arena.
Y cero, nulo en la social partida
rodé al acaso en páramo infecundo,
fue mi tesoro una arpa enronquecida
y vagué sin objeto por el mundo.
Y solo por doquier, sin un amigo,
viajé, Señora, lleno de quebranto,
envuelto en mis harapos de mendigo,
sin paz el alma, ni en los ojos llanto.
Pero su orgullo el corazón arranca,
y hoy que el pasado con horror contemplo,
la cabeza que el crimen volvió blanca
inclino en las baldosas de tu templo.
Si eres ¡oh Virgen! embustero mito,
yo quiero hacer a mi razón violencia;
porque creer en algo necesito,
y no tengo, Señora una creencia.
¡Ay de mí! sin creencias en la vida,
veo en la tumba la puerta de la nada,
y no encuentro la dicha en la partida,
ni la espero después de la jornada.
Dale, Señora, por piedad ayuda
a mi alma que el infierno está quemando:
el peor de los infierno... es la duda,
y vivir no es vivir siempre dudando.
Si hay otra vida de ventura y calma,
si no es cuento promesa tan sublime,
entonces ¡por piedad! llévate el alma
que en mi momia de barro se comprime.
Tú que eres tan feliz, debes ser buena;
tú que te haces llamar Madre del hombre,
si tu pecho no pena por mi pena,
no mereces a fe tan dulce nombre.
El alma de una madre es generosa,
inmenso como Dios es su cariño:
recuerda que mi madre bondadosa
a amarte me enseñó cuando era niño.
Y de noche en mi lecho se sentaba
y ya desnudo arrodillar me hacía,
y una oración sencilla recitaba,
que durmiéndome yo la repetía.
Y sonriendo te miraba en sueños,
inmaculada Virgen de pureza,
y un grupo veía de arcángeles pequeños
en torno revolar de tu cabeza.
Mi juventud, Señora, vino luego,
y cesaron mis tiernas oraciones;
porque en mi alma candente como el fuego,
rugió la tempestad de las pasiones.
Es amarga y tristísima mi historia;
en mis floridos y mejores años,
ridículo encontró, buscando gloria,
y en lugar del amor los desengaños.
Y yo que tantas veces te bendije,
despechado después y sin consuelo,
sacrílego, Señora, te maldije
y maldije también al santo cielo.
Y con penas sin duda muy extrañas
airado el cielo castigarme quiso
porque puse el infierno en mis entrañas;
porque puso en mi frente el paraíso.
Quise encontrar a mi dolor remedio
y me lancé del vicio a la impureza,
y en el vicio encontré cansancio y tedio,
y me muero, Señora, de tristeza.
Y viejo ya, marchita la esperanza,
llego a tus pies arrepentido ahora,
Virgen que todo del Señor alcanza,
sé tú con el Señor mi intercesora.
Dile que horrible la expiación ha sido,
que horribles son las penas que me oprimen;
dile también, Señora, que he sufrido
mucho antes de saber lo que era crimen.
Si siempre he de vivir en la desgracia,
¿por qué entonces murió por mi existencia?
si no quiere o no puede hacerme gracia,
¿dónde está su bondad y omnipotencia?
Perdón al que blasfema en su agonía,
y haz que calme llorando sus enojos,
que es horrible sufrir de noche y día
sin que asome una lágrima a los ojos.
Quiero el llanto verter de que está henchido
mi pobre corazón hipertrofiado,
que si no lloro hasta quedar rendido
¡por Dios! que moriré desesperado.
¡Si comprendieras lo que sufro ahora!...
¡Aire! ¡aire! ¡infeliz! ¡que me sofoco!...
Se me revienta el corazón ... ¡Señora!
¡Piedad!... ¡Piedad de un miserable loco!
Antonio Plaza Llamas
miércoles, 14 de marzo de 2012
te pienso
Te pienso…
Te quiero…
Te sueño…
Te ignoro…
Tu imagen permanente en mi cabeza,
Pero mi indiferencia innata.
Tu cara, tus gestos, tu sonrisa,
Todo me provoca quererte.
Mi locura, mi poca consistencia,
Mis temores, mis frustraciones,
Mi poco esfuerzo a vivir.
Todo me hace desear que no me quieras.
No temo a que me dejes.
No temo a que me mientas.
No temo a tus acciones.
Temo lastimarte.
Te pienso…
Te quiero…
Te sueño…
Te ignoro…
Te necesito…
viernes, 13 de enero de 2012
Exceso
Ya recuerdo, si era un viernes cuando despues de ver una pelicula me di cuenta de mi gran
error... Si, ahora vuelve todo a mi mente, como olvidar las sensaciones, los pensamientos,
las inquietudes.
Fue ahi, sentado mientras veía los creditos de una pelicula pasar y sorvia un poco del cafe
que me prepare justo en el climax de la pelicula "Debio ser una gran pelicula". La verdad
es que no recuerdo nada de ese dia, anterior a la taza de cafe. Recuerdo que al terminar los
creditos me quede pasmado, inmovil.
-¿Que te ocurre?- Preguntó extrañada mi exesposa.
La escuche pero mi concentración estaba en otra parte, y no fui capaz de contestarle.
Fue entonces cuando un impulso me hizo levantarme para tomar las llaves del auto y salir
sin decir una sola palbra, ni siquiera una seña para tratar de explicar mi conducta.
Su rostro jamás lo olvidaré. Paso de un rostro extrañado, a estar colerico y gritar,
si que grita fuerte esa mujer, al final solo era un rencor frio y silencioso ante mi
indeferencia.
Yo no podía hacer algo para impedirlo, en ese momento era solo impulsos mecanicos, era un
pensamiento en marcha.
Subi al carro y maneje, segui manejando cerca de treinta minutos hasta que por fin llegue
a mi destino. ya estaba en la calle de sulivan. Sin tituvear me acerque a la primera
puta que encontre y le ordene subir al auto.
-O eres un tipo muy decidido, o muy urgido.- Dijo la puta al entrar.
-¿Dónde está el hotel más cercano?- Pregunté ignorando su comentario y arrancando el
carro inmediatamente.
Segui sus indicaciones, y en pocos minutos estabamos entrando a un motel barato que estaba
a unas cuantas calles. "Motel Paris" decia el letrero, no pude imaginar algo que se
asemejara menos a aquella hermosa ciudad. Un terreno mediano con solo cinco habitaciones,
y un gran patio frente a ellas. Aunque era de noche pude observar que el patio estaba muy
sucio, lleno de polvo y basura tirada. Habría apostado a que había condones usados tirados
por ahi. Era un buen lugar.
Entramos en la habitación. Un cuarto pequeño con una cama matrimonial en el centro y un
baño sin puerta solo una cortina, fue curioso darme cuenta de que el unico espoje ahi
era el que cubria todo el techo, y aunque estaba algo sucio reflejaba perfectamente toda
la habitación.
-Bueno, y ¿Que quieres?- Pregunto la puta distrayendome de mi inspección.
Gire para mirarla. No, mejor dicho, para analizarla. Era una mujer madura, algo gorda.
Usaba una peluca rubia y un pequeño vestido rojo que parecia que en cualquier momento
estallaría, pero eso no me importaba lo unico que quería era un orificio humedo.
-Quiero venirme en tu boca, para despues follarte por el culo...¡a si! y quiero que grites
fuerte cuando te la meta- Respondí.
-Esta bien, seran trecientos pesos y tienes que pagar por adelantado-
-Desnudate- Ordene. Al momento que le daba el dinero.
Estuvimos follando por cuarenta minutos.
-Si que te urgía un buen culo.- Me dijo mientras luchaba por entrar en el vestido a la vez
que enderezaba su peluca.
-¿Sabes donde puedo conseguir un poco de hierba?- Pregunte.
Supuse que no era la primera vez que le preguntaban, ya que me respondió de forma muy
natural.
-Si quieres yo te puedo conceguir unos churros baratos.-
-¿Y en cuanto me saldrán unos tres?-
-Con cien pesos que me des yo te los traigo, con servicio a la habitación incluido.-
-Toma.- Le dije, al tiempo que estiraba el billete.
Cuando ella volvio yo seguia tirado en la cama desnudo.
-Por un momento pense que no volverias.- Dije.
-Pense en no volver, pero me caiste bien así que volvi, tomo aqui estan.- Dijo estirando la
mano con una bolsa negra.
-Y que, ¿no me vas a invitar?- Pregunto.
-¿Me vas a invitar otra mamada?-
-Orale ya estas.-
Así que fumamos y cogimos todo lo que restaba de la noche. Al despertar seguia echada ahi a
mi lado. la mire un instante y se desperto.
-Saldre a comprar comida y alcohol, quiero que lo repitamos hoy en la noche. Así que no te
atrevas a irte.- Le ordene.
Me miro atonita y sin pronunciar palabra alguna asintio con la cabeza.
Esa noche fue el exceso absoluto y aunque distaba de ser una fantasia fue el mejor fin de
semana que he tenido jamás, no importa la gonorrea, ni los tres dias de diarrea
intensa que tuve después. Solo se que desperte a la plenitud.
Esta es mi venganza contra la sociedad. ¡Como se atreve esta a clasificar los placeres!
No me interesa su opinion. ¡¿Quien les dijo que solo algunos sentimientos son los placeres
aceptados?! ¡¿Dónde dejan la lujuria, el orgullo, y esa sensación que solo la rebeldia
sabe provocar?! Su amor, su responsabilidad, su compasión ya no me provocan nada, ¡su
sabor me ha fastidiado! ¡¿Quien se creen para decirme como vivir?!
error... Si, ahora vuelve todo a mi mente, como olvidar las sensaciones, los pensamientos,
las inquietudes.
Fue ahi, sentado mientras veía los creditos de una pelicula pasar y sorvia un poco del cafe
que me prepare justo en el climax de la pelicula "Debio ser una gran pelicula". La verdad
es que no recuerdo nada de ese dia, anterior a la taza de cafe. Recuerdo que al terminar los
creditos me quede pasmado, inmovil.
-¿Que te ocurre?- Preguntó extrañada mi exesposa.
La escuche pero mi concentración estaba en otra parte, y no fui capaz de contestarle.
Fue entonces cuando un impulso me hizo levantarme para tomar las llaves del auto y salir
sin decir una sola palbra, ni siquiera una seña para tratar de explicar mi conducta.
Su rostro jamás lo olvidaré. Paso de un rostro extrañado, a estar colerico y gritar,
si que grita fuerte esa mujer, al final solo era un rencor frio y silencioso ante mi
indeferencia.
Yo no podía hacer algo para impedirlo, en ese momento era solo impulsos mecanicos, era un
pensamiento en marcha.
Subi al carro y maneje, segui manejando cerca de treinta minutos hasta que por fin llegue
a mi destino. ya estaba en la calle de sulivan. Sin tituvear me acerque a la primera
puta que encontre y le ordene subir al auto.
-O eres un tipo muy decidido, o muy urgido.- Dijo la puta al entrar.
-¿Dónde está el hotel más cercano?- Pregunté ignorando su comentario y arrancando el
carro inmediatamente.
Segui sus indicaciones, y en pocos minutos estabamos entrando a un motel barato que estaba
a unas cuantas calles. "Motel Paris" decia el letrero, no pude imaginar algo que se
asemejara menos a aquella hermosa ciudad. Un terreno mediano con solo cinco habitaciones,
y un gran patio frente a ellas. Aunque era de noche pude observar que el patio estaba muy
sucio, lleno de polvo y basura tirada. Habría apostado a que había condones usados tirados
por ahi. Era un buen lugar.
Entramos en la habitación. Un cuarto pequeño con una cama matrimonial en el centro y un
baño sin puerta solo una cortina, fue curioso darme cuenta de que el unico espoje ahi
era el que cubria todo el techo, y aunque estaba algo sucio reflejaba perfectamente toda
la habitación.
-Bueno, y ¿Que quieres?- Pregunto la puta distrayendome de mi inspección.
Gire para mirarla. No, mejor dicho, para analizarla. Era una mujer madura, algo gorda.
Usaba una peluca rubia y un pequeño vestido rojo que parecia que en cualquier momento
estallaría, pero eso no me importaba lo unico que quería era un orificio humedo.
-Quiero venirme en tu boca, para despues follarte por el culo...¡a si! y quiero que grites
fuerte cuando te la meta- Respondí.
-Esta bien, seran trecientos pesos y tienes que pagar por adelantado-
-Desnudate- Ordene. Al momento que le daba el dinero.
Estuvimos follando por cuarenta minutos.
-Si que te urgía un buen culo.- Me dijo mientras luchaba por entrar en el vestido a la vez
que enderezaba su peluca.
-¿Sabes donde puedo conseguir un poco de hierba?- Pregunte.
Supuse que no era la primera vez que le preguntaban, ya que me respondió de forma muy
natural.
-Si quieres yo te puedo conceguir unos churros baratos.-
-¿Y en cuanto me saldrán unos tres?-
-Con cien pesos que me des yo te los traigo, con servicio a la habitación incluido.-
-Toma.- Le dije, al tiempo que estiraba el billete.
Cuando ella volvio yo seguia tirado en la cama desnudo.
-Por un momento pense que no volverias.- Dije.
-Pense en no volver, pero me caiste bien así que volvi, tomo aqui estan.- Dijo estirando la
mano con una bolsa negra.
-Y que, ¿no me vas a invitar?- Pregunto.
-¿Me vas a invitar otra mamada?-
-Orale ya estas.-
Así que fumamos y cogimos todo lo que restaba de la noche. Al despertar seguia echada ahi a
mi lado. la mire un instante y se desperto.
-Saldre a comprar comida y alcohol, quiero que lo repitamos hoy en la noche. Así que no te
atrevas a irte.- Le ordene.
Me miro atonita y sin pronunciar palabra alguna asintio con la cabeza.
Esa noche fue el exceso absoluto y aunque distaba de ser una fantasia fue el mejor fin de
semana que he tenido jamás, no importa la gonorrea, ni los tres dias de diarrea
intensa que tuve después. Solo se que desperte a la plenitud.
Esta es mi venganza contra la sociedad. ¡Como se atreve esta a clasificar los placeres!
No me interesa su opinion. ¡¿Quien les dijo que solo algunos sentimientos son los placeres
aceptados?! ¡¿Dónde dejan la lujuria, el orgullo, y esa sensación que solo la rebeldia
sabe provocar?! Su amor, su responsabilidad, su compasión ya no me provocan nada, ¡su
sabor me ha fastidiado! ¡¿Quien se creen para decirme como vivir?!
______________
Respirar: Aire entrar en los pulmones para salir.
Dormir: Cerrar los ojos y perder la conciencia.
Despertar: Abrir los ojos.
Comer: Ingerir objetos extraños por la boca para llenarlos de baba y tragarlos.
Orinar-Defecar: Desecharlos.
Tocar: Impulsos electricos de la piel al cerebro.
Sensaciones: Reacciones que produce nuestro cerebro ayudado de las hormonas.
Sentimientos: Reacciones ante objetos cotidianos.
Ocupación: Autoengaño.
Familia: Grupo de autoengaño.
Amigos: Distracción.
Relación: Instinto, ilusión de trascendencia y valía personal (super autoengaño)
Cielo: Medio para negar lo efimero de la existencia.
Infierno: Manipulación.
Dios: Autocompasión.
Pensar: Tortuoso.
Vivir: Todo lo anterior.
¿En verdad crees que esto vale la pena?
Dormir: Cerrar los ojos y perder la conciencia.
Despertar: Abrir los ojos.
Comer: Ingerir objetos extraños por la boca para llenarlos de baba y tragarlos.
Orinar-Defecar: Desecharlos.
Tocar: Impulsos electricos de la piel al cerebro.
Sensaciones: Reacciones que produce nuestro cerebro ayudado de las hormonas.
Sentimientos: Reacciones ante objetos cotidianos.
Ocupación: Autoengaño.
Familia: Grupo de autoengaño.
Amigos: Distracción.
Relación: Instinto, ilusión de trascendencia y valía personal (super autoengaño)
Cielo: Medio para negar lo efimero de la existencia.
Infierno: Manipulación.
Dios: Autocompasión.
Pensar: Tortuoso.
Vivir: Todo lo anterior.
¿En verdad crees que esto vale la pena?
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