Quien eres
tú
para hacerme
pensar en ti,
para que de
pronto, los libros
solo hablen
de ti
o hablen
contigo.
¡¿Quién eres
tú?!
para idiotizarme
con esas piernas,
para hacer
que las nubes
me recuerden
tu mirada,
y que mis
noches se conviertan
en un ruego
por tu cuerpo
tu sonrisa o
tu piel.
¡¿Quién eres
tú?!
Para meterte
en mi cabeza
y pararte en
medio
y gritar y
mover los brazos,
y sacudirme
la medula,
los huesos,
el alma.
Y no te vas ,
y ocupas más
espacio que todo
y todo lo
amontonas,
lo haces a
un lado,
lo enrollas,
lo aprietas
en rincones
olvidados,
y yo miro,
solo te
miro, me gusta verte,
ya lo sabes.
Y dejo que
aplastes,
avientes y pisotees
recuerdos
para
imponerme los tuyos.
Y aunque a
veces me
pregunto: ¿Quién
eres tú?
no hago
nada, solo
me dejo
llevar por ti
te beso
cuando quieres que lo haga
y me aferro
a tus piernas
como aferrándome
a la vida
y a la
muerte, si,
las dos al
mismo tiempo.
Porque al
hacerlo me siento vivo, tan vivo
que podría
morir ahí fulminado
por
consumirme toda la vida
en ese
instante. Pero
qué importa
que te fumes mi vida,
si cuando lo
haces, es cuando vivo.
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