¿Cómo llevar las palabras al papel?
¿Cómo plasmarlas en tinta
y no sonar como un idiota?
Qué más da, no significara nada
como todo lo demás.
Nada significa mi amor
por los libros,
o la calidez que siento
cuando tomas mi mano
y me besas con ternura.
No significa nada
que le agrade a tu madre,
o que digas que me quieres,
aunque me quieras.
Tampoco que mi corazón
se detenga cuando te veo desnuda
y mi mano recurre tus muslos
y tu vientre.
Me podría ir de tu vida,
desaparecer, morir de repente y
no sería nada.
No le importaría al mundo,
nada cambiaría.
Solo llorarías un poco
por algunos días, y
quizás, por algunas semanas
estarías triste y melancólica.
Pero lo superarías en un mes
o dos, y hablarías de mi
como si aún estuviera.
Comenzarías a olvidarme
luego del primer año.
Habría menos gente en común,
y, aunque tratara de aferrarme
a tu mente, me suplantarías
con personas nuevas y
recuerdos nuevos y amores nuevos,
está bien, porque no significa nada.
Un día, años después
me recordarías por última vez
(mientras escombras tu closet
o aquel armario que ya no abres
nunca), cuando se asome aquel
viejo libro que te di un día.
Lo verías, sonreirías y quizás
exhalarías un suspiro de nostalgia.
Pensarías en mi por un instante
mientras colocas el libro de vuelta
a su lugar, y me olvidarías
para siempre.